Aquí hay alguien mayor que Jonás (Lc 11,29-32)

11.02.2016 08:37

 

Sin necesidad de señales extraordinarias

En el evangelio (Lc 11,29-32) Jesús hace una invitación a la conversión profunda sin necesidad de señales extraordinarias o de grandes espectáculos, que pudieran estar más cerca de lo mágico que de lo real.

En nuestros días sucede algo similar a los días de Jesús. Pareciera que estamos esperando a que Dios se manifieste mediante obras espectaculares y mágicas, y nos cuesta ver que todos los días Dios realiza milagros a lo largo y ancho del mundo, a través de seres humanos llenos de su Espíritu, como lo fue el mismo Beato Luis Monti, que nos enseñó, no tanto por escritos, sino más bien con sus obras de solidaridad y entrega generosa la ternura del Padre Dios, sus obras destinadas a los enfermos y los huérfanos anuncian y revelan de una manera sencilla el plan divino.

Pensemos por un momento en aquellas personas, que día a día, desde el trabajo cotidiano y casi silencioso nos ayudan a recordar que estamos llamados a ser santos de lo cotidiano, donde Dios realiza poco a poco el milagro de su voluntad, sin que sus acciones tengan algo de sobrenatural o mágico.

El evangelio formula una invitación a la conversión y a la asimilación responsable del ministerio profético que como cristianos tenemos todos por el bautismo, pues el anunciar el reino de Dios en estos tiempos no puede ser tarea de unos pocos, sino responsabilidad de todos y cada uno.

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