Grupo Misionero Caminantes
29.03.2015 01:20
Grupo Misionero Caminantes
El grupo nació el 29 de marzo de 2008 en la Parroquia María Purísima y Santa Teresita. Comenzó siendo un grupo de perseverancia conformado por jóvenes que habían realizado la confirmación el año anterior en la Parroquia. Movidos por el Espíritu Santo y acompañados por su catequista de Confirmación y un Hermano de la Congregación Hijos de la Inmaculada Concepción, decidieron seguirse juntando y compartir la alegría de su juventud en el seguir a Cristo. Entre una de sus actividades comenzaron a prepararse para Montina, que sería en el Hogar Inmaculada en Córdoba ese mismo año. Habían sido invitados por el Hermano y les había causado mucho interés juntarse con personas de distintas provincias que seguían el mismo carisma del Beato Luis María Monti. Llegó octubre y algunos de ellos asistieron. Fueron días en el que se llenaron el corazón de felicidad, se divirtieron, compartieron, conocieron nuevos amigos y encontraron algo especial que los uniría para siempre y sería el comienzo de un gran camino compartido como FAMILIA MONTIANA.
Luego de esta gran experiencia de fe, los chicos siguieron muy entusiasmados. Siguió pasando el tiempo y siguieron viviendo hermosas experiencias. Luego de lo que sería su primer retiro en Cabana, Unquillo, en septiembre de 2009, recibieron la invitación para ir a una “Misión Común” en Arcadia, Tucumán. El Hermano que nos acompañaba les contó un poco de que se trataba y les pareció muy interesante la propuesta.
Comenzaron así a juntar dinero vendiendo comida y cuidando autos. Llegó enero del 2010 y partieron rumbo a Tucumán sin tener mucha idea de lo que les esperaraba. En la misión, además de haber sido días muy especiales y felices, habían encontrado lo que buscaban. Sintieron un gran llamado, el de anunciarlo a El, a ese Jesús que tanto los había llenado de alegría hasta ese momento, querían que otros experimentaran lo que ellos habían vivido. Gracias a esto, decidieron ser un “GRUPO MISIONERO”. Después de buscar algunos nombres encontrarían el suyo: “CAMINANTES”. Se sentían jóvenes que caminaban por el camino que Jesús les indicaba y que siempre al levantar la mirada estaría la cruz al final del camino, signo de salvación y del gran amor que Jesús les tenía. Ellos por ese camino irían dejando huellas. Ese nombre también representaba el camino que ya habían recorrido y todo lo que les quedaba por recorrer.