Pautas pedago gicas en un tiempo distinto
20.11.2014 22:14
Una relación de Padre Los huérfanos eran su predilección y para con ellos tenía un sentimiento paterno; reflejando la paternidad que el sentía de Dios. Oraba constantemente por ellos y le escribía carta a los hermanos que estaban al cuidado de ellos, alentándolos a que sigan con la obra que habían comenzado. Les aconsejaba que confíen en María y Jesús ya que ellos los iban a bendecir a todos en el instituto por su labor con los huérfanos. El instituto tenía que ser para los huérfanos su familia; transformándose así en hijos de la caridad, en sus hijos. Por esto no tenían una relación de maestro y alumno sino más bien una relación de confianza, dedicación y sacrificio, como la que se tiene con un Padre. La relación paternal con los huérfanos no era que una relación de desigualdad, sino más bien trataban de mantener una relación de igualdad, con los mismos tratos, la misma comida y la práctica de obras de piedad. “Se trataran como hijos del instituto, con amor materno. Se tratara de inculcarles docilidad y confianza para los superiores, no se dejaran nunca solos y se cuidaran como un depósito precioso y santo, amándolos como la pupila del propio ojo, por amor a Jesucristo, el cual dice en el evangelio SINITE PARVULOS VENIRE AD ME." 1
En qué edad educarlos Monti se proponía recoger a los huérfanos de padre y madre entre 7 y 9 años no más, en lo posible sanos y fuertes, de buena raíz, de buenos padres, que puedan prometer buenos logros en el arte o en el estudio y puedan llevar una vida cristiana, con el fin de que logren ser religiosos o buenos padres de familia. Igualmente algunos huérfanos que no llegaban a cumplir con estas expectativas eran aceptados también en el instituto.
Los jóvenes debían permanecer en el instituto hasta los 20 años para que a esta edad,al tener un maduro consejo, puedan recién ahí elegir su vocación, puedan obrar con verdadera libertad y responsabilidad. A los huérfanos se les daría una educación cristiana, preparándolos para cualquier arte u oficio, para que puedan vivir en sus familias como honestas personas. Monti dividía a los huerfanitos en 3 grupos: pequeños, medianos y grandes y decidió poner a cada grupo bajo la protección de alguien especial. De los 6 años a 11 años los puso bajo la protección de María Inmaculada, ya que ellos necesitaban ver a la virgen como su madre. De los 11 a los 15 años los confió a San Luis Gonzaga, como un modelo a imitar; y de los 16 a los 20 años Monti los quiso consagrar a San José, modelo y patrono de los trabajadores y de los artesanos, modelo de un hombre Justo.
Una educación integral Monti sostenía que los huérfanos debían ser educados para la alegría, la sinceridad, el respeto y el amor al trabajo, tenían que recibir una educación integral. La Constitución de 1990 deja explicitado lo siguiente: “ El hermano perfecto formara a los huerfanitos con un carácter sincero y abierto, enemigos de la mentira y de todo engaño y ficción; le inspirará la virtuosa costumbre de tener a todos estima y los hará esclavos de toda mínima murmuración. Tratará de hacerlo amigo del trabajo y los acostumbrará a actuar más por amor que por temor, no cederá jamás ante sus irracionales pretensiones y caprichos. No exigirá demasiado, pero tampoco se mostrara demasiado débil. Estudiará atentamente el carácter y las fuerzas de los alumnos, para conducirlos correctamente, no todos quieren ser guiados del mismo modo. No se pretenderá de todos lo mismo, sino según su capacidad y los dones que han recibido de Dios. A su vez los maestros, en las escuelas o en las oficinas, deben proponerse el fin no solo de habilitar a sus alumnos en el estudio o en las artes que profesan, sino también formar sus corazones en el amor de la religión y en la práctica de las morales virtudes. “ 2
El fin de la educación de los niños huérfanos se introdujo en el año 1887, escribiendo que la religión era un medio sumamente eficaz para tener una buena educación. Su deseo era que los huérfanos lograran estar contentos y felices y llegaran a ser buenos y santos, y en muchas de sus cartas expresa este deseo repitiendo “Sean siempre buenos”. Luego de culminar sus estudios en la escuela, comenzaban a trabajar, a aprender un arte, un oficio, y escribió en el reglamento: “Si ocurriese que alguno manifestase cualidades y particulares aptitudes para el estudio, será secundado en la medida que el superior lo crea conveniente.” 3
Los huérfanos debían ser instruidos en una formación teórico –práctica, armónica completa, estudio y trabajo, escuela y oficina, instrucción y adiestramiento profesional. De los bancos de la escuela los niños pasaban a las oficinas de trabajo y recibían una educación completa para ese momento. La primera oficina que se creó fue la de la encuadernación.
Autor: Maria Victoria GonzalezSanto Tomé, Santa Fe, Argentina.(e-mail: mariavictoriagonzalez@gmail.com)
Notas;1Constituciones 1900 p11, cap XVI n5 . En Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción ( ) Luis Monti, fundador de los hijos de la inmaculada concepción. Segundo volumen. Italia. Erasmo Perinola. P471.2 Constituciones 1900, Pag II, cap XVI N8 En Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción ( ) Luis Monti, fundador de los hijos de la inmaculada concepción. Segundo volumen. Italia. Erasmo Perinola. P 4703 Reglamento para los Huerfanos art.1 n10. En Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción ( ) Luis Monti, fundador de los hijos de la inmaculada concepción. Segundo volumen. Italia. Erasmo Perinola. P 4804 Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción ( ) Luis Monti, fundador de los hijos de la inmaculada concepción. Segundo volumen. Italia. Erasmo Perinola. P 4745 idem.6 idem P 4777 testimonianza de Padre Monti 551: Elias Airoldi En Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción ( ) Luis Monti, fundador de los hijos de la inmaculada concepción. Segundo volumen. Italia. Erasmo Perinola. P 4778 E. Sprefacio a.c., Vol II, Pag 168, nota 3. Testimonianze a P. Monti 554:Elías Airoldi. En Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción ( ) Luis Monti, fundador de los hijos de la inmaculada concepción. Segundo volumen. Italia. Erasmo Perinola. P 476