Reconoce tus faltas (Examen de Conciencia Montiano)

07.03.2014 11:07

Siguiendo la propuesta de la web, Católicos con Acción, donde se nos propone reconocer nuestra faltas, como propísito díario, queremos proponerte una Reflexión especial en torno al examen de conciencia.

Instrumento magnífico

Existe un instrumento magnífico que nos ayuda a ser seguidores de Jesucristo: es el tradicionalmente llamado "examen de conciencia particular". Es muy sencillo y, por desgracia, poco practicado. 
 
Tal instrumento es importante para todo cristiano, pero especialmente para el agente de pastoral, para el seglar, para el religioso y para el sacerdote. ¡Cuántos conflictos internos y externos desaparecerían si lo practicáramos!.
Frecuentemente lo aprecian más algunos psicólogos que los mismos creyentes. Si el psicólogo es creyente, lo aprovechará mucho. Pero no se necesita ser muy sabio para poderlo practicar, sólo basta con pedir a Dios la gracia de un Buen Examen. Lo puede hacer cualquier persona que quiera tener la vida en sus manos. 
¿Por qué no se practica? 
 
Entre las muchas razones hay dos que subrayo aquí: la primera es porque lo reducimos a algo contable de fallas. Hacerlo de esta manera nos llevaría a caer en el miedo y en el escrúpulo. La segunda es porque nos quedamos en un análisis psicológico que poco tiene que ver con la fe. 
El examen particular es una atención suave y afectiva del corazón. Es un ponerme delante del Señor para platicarle qué pasó en el día que acaba de terminar. Por eso es conveniente hacerlo antes de dormir.
Es un momento de comunicación con Dios; un encuentro y un diálogo con Él; algo así como dice el salmo: "Como están los ojos fijos en las manos de su señor, así están mis ojos fijos en el Señor" (Salmo 122, 2).
De lo que se trata es de ver por dónde y cómo está pasando el Señor en mi vida. Para eso se necesita mucho afecto. Cuando se ama a alguien, se le contempla y se ven los contenidos de su presencia, de su voz, de su paso; hasta se contempla a qué huele. 
Se trata de tener una actitud constante de buscar la voluntad de Dios por un contacto ininterrumpido con Él. Esto me hará ver si estoy de lado de Dios, y me mantendrá en buena tonalidad. Así podré tener mi vida en mis manos. El examen de conciencia consiste en examinar los impulsos espirituales que Dios me concedió en el día. Tal examen ya es oración, y junta la historia y las mociones interiores. Ahí se une la oración y la vida.

Por ello, queremos proponerte realizar tu propio examen de conciencia, con las mismas palabras que utilizó el Beato Luis Monti.

«Vengo de Dios,

a Dios debo regresar.

Dios me ha puesto en esta tierra

únicamente para servirlo

y conquistar, así,

una gloria eterna en el Paraíso.

¿Cómo lo he servido hasta ahora?

¿Cómo lo sirvo actualmente?

¡Cuántas gracias me ha concedido mi buen Dios!

¿Cómo he correspondido hasta este momento?

¿Cuántas veces he prometido a Dios servirlo como lo han servido los Santos, es decir, con suma diligencia y no darle el mínimo disgusto, cometiendo la más pequeña falta deliberada, y que estaría dispuesto a morir antes de hacerlo.

¿He sido fiel?

Dios bueno, ¡perdóname!»

LUÍS MARIA MONTI

Esperamos que te puedan ser util nuestras reflexiones y si es así no dejes de compartir con tus amigos y conocidos éste artículo, lo mismo de dejar algún comentario.

 

El presente artículo fué tomado de mis apuntes personales para dar clases, durante los años 2011,2012 y 2014, y con los cuales pude trabajar el tema, en las aulas. Hno. Jorge Romero cfic

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