Testimonio de David Guissani

11.09.2013 13:25

“He conocido personalmente al Siervo de Dios Padre Luis María Monti, mientras que mi padre lo conocía íntimamente y seguido me hablaba de él. He conocido también varios compañeros del Siervo de Dios que estuvieron en prisión con él y frecuentemente han hablado de él como de un santo. Un hermano mío, ahora difunto, estuvo en la Congregación de los Concepcionistas por 46 años y fue recibido precisamente por el Siervo de Dios.

También mi tío, hermano de mi padre, se encontró en Bussolengo junto al Padre Luis Monti y también por él he sentido hablar.

He escuchado decir a mi padre que cuando el siervo de Dios trabajaba como ebanista, conoció un santo sacerdote, don Luis Dossi, coadjutor  de Cesano Maderno, eligiéndolo como guía espiritual. Siguiendo los consejos de este optimo sacerdote, él reunió en torno a sí algunos compañeros, que se reunían no sólo en su casa, sino también sobre una colina, en dirección a Mombello, llamada la Montina: oraban, leían libros espirituales y cantaban himnos religiosos, especialmente en honor a la Virgen, hacia la cual el Siervo de Dios manifestaba una marcada devoción y una ternura verdaderamente filial.

Estos jóvenes eran llamados la Compañía de los Frailes, porque vivían como verdaderos Frailes en medio del mundo. No obstante el gran bien que hacía el Siervo de Dios junto a estos jóvenes, he sentido que fueron calumniados como enemigos del gobierno austríaco y fueron encarcelados en Desio.

En la prisión permanecieron setenta y dos días y luego, reconocida su inocencia, fueron puestos en libertad. Estando en la prisión ellos vivían como en un convento, dedicándose a obras de piedad y cantando himnos sagrados, especialmente las letanías de la Virgen, edificando a los habitantes de Desio, que se detenían delante de la prisión a escuchar sus cantos y las oraciones hechas en voz alta.”

 

Hablando luego en detalle de Padre Monti, Giussani afirma:

“Fue un hombre que vivió únicamente de fe, abandonándose como un niño en las manos de la Providencia Divina. Esto lo he escuchado de mi hermano, y he recogido de él detalles edificantes. Mientras estuvieron vivos, aquellos de Bovisio que tuvieron la suerte de conocerlo personalmente, continuaban diciendo que era un santo y este concepto no ha disminuido, mas bien ha crecido después de su muerte.

Cuando tuvo lugar la traslación de los restos desde el cementerio de Saronno a la Iglesia de los Concepcionistas, también yo he estado presente junto a muchos otros de Bovisio y puedo asegurar que fue algo verdaderamente triunfal.”

Al concluir su testimonio, David declara: “Estoy persuadido que el Siervo de Dios, Padre Luis Monti, por lo que he sentido decir en muchas ocasiones, es verdaderamente merecedor de ser elevado al honor de los altares, y me asocio también yo a este deseo que es compartido por toda la población de Bovisio. Sentí decir que en Saronno por intercesión del Siervo de Dios se han obtenido gracias, que aumenta siempre más la fama de su santidad”.

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