Testimonio de Eufrasio Spreafico y Stanislao Pastori
11.09.2013 14:23
Eufrasio María Spreafico, sacerdote barnabita y primer biógrafo de Padre Monti, en 1947, a la edad de 60 años declara con juramento: “En mi estudio y en la redacción de la biografía he tenido la intención de ser siempre fiel y solo el Siervo de la verdad. Por toda la vida y por este estudio, en particular de las distintas virtudes, ha nacido en mí la íntima convicción de encontrarme frente a un hombre, que ha tenido verdaderamente una particular misión por cumplir y que ha sabido llevarla a cabo a través de dificultades que parecen increíbles y dan en particular vivo realce a las virtudes de la paciencia, de la prudencia y de la fortaleza; virtudes éstas que bastarían para demostrar que el Siervo de Dios ha alcanzado verdaderamente el heroísmo, aunque no resplandezcan menos y con una luz que también tiene de heroico, todas las otras virtudes, como la templanza, la humildad, la pobreza, la obediencia, no menos heroica que su fe, su esperanza y sobre todo la caridad, virtud ésta, que se puede decir la razón de toda su vida; cual siervo de los enfermos y padre de los huérfanos.
Estanislao Pastori, discípulo fiel de Padre Monti y Superior general, testimonia en el proceso de beatificación: “Es maravilloso y casi humanamente imposible, inexplicable, cómo un hombre, que había tenido una instrucción elemental, que tuvo por guía espiritual un coadjutor de pueblo, que bien poco podía dar a un joven, que vivía en un pueblo distinto y que se dedicaba diariamente al trabajo, luego halla llegado a ser un profundo conocedor de almas, un guía espiritual experto y práctico para sus religiosos, tanto que ellos le confiaban las penas espirituales, aún no faltando buenos confesores. Dios asistió ciertamente con luces especiales a su humilde Siervo y le infundió la ciencia y sabiduría necesaria a su estado. No sólo entonces el Siervo de Dios creyó, sino vivió la Fe y a su fe heroica se debe la obra y la salvación de esta obra”.